Conclusión

Como se ha destacado en la introducción, la crisis social, medioambiental y económica a la que nos enfrentamos reclama un profundo cambio en el modo en que están organizados nuestros sistemas alimentarios. El cambio climático lo hace imperativo y añade un cierto sentido de urgencia. Esto hace necesario que abordemos las cuatro dimensiones de la agroecología en conjunto. La división en varias dimensiones nos ayuda a comprender el potencial de la agroecología de una forma más clara, pero debemos verla como un todo, como un enfoque global. De hecho, muchos agricultores y campesinos subrayan el carácter global de la agroecología, como un modo de vida, algo que da sentido a la vida. Para ellos, no se trata solo de proporcionar medios de vida y un agro-ecosistema sostenible sino de vivir en armonía con la naturaleza y con otras gentes. Igualmente, el impacto potencial de la agroecología no debe reducirse a una sola dimensión.

Por desgracia, algunos han utilizado la falta de claridad para debilitar el concepto de agroecología: “de repente la agroecología está de moda para todo el mundo, desde los movimientos sociales de base a la FAO, los gobiernos, las universidades y las empresas. Pero no todos tienen en mente la misma idea sobre la agroecología. Mientras que las instituciones y compañías dominantes durante años han marginado y ridiculizado la agroecología, hoy día están intentando domesticarla. Quieren tomar lo que es útil para ellos – la parte técnica – y utilizarla para ajustar la agricultura industrial, adaptándola al modelo de monocultivo y a la supremacía del capital y de las corporaciones en las estructuras de poder”..xxvi Este documento es nuestro intento de aclarar lo que significa la agroecología, cómo se ve, y de mostrar que cuando se toma como un todo, la agroecología y sus diversos principios pueden conducir a efectos tremendamente positivos en términos de derechos humanos y derecho a la alimentación. Al mismo tiempo, contribuye a abordar las causas fundamentales de los problemas a los que nuestras sociedades se enfrentan actualmente, desafiando las estructuras de poder existentes. Por ese motivo la agroecología, como movimiento, es fundamental para nosotros.

Somos conscientes de que, en última instancia, se requerirán muchas acciones políticas complementarias, un proceso de transición y un cambio de paradigma para que la agroecología cumpla con sus expectativas, y sus principios se apliquen conjunta y progresivamente. También somos conscientes de que los principios enumerados con anterioridad podrían evolucionar, necesitar una revisión, no estar bien formulados o no coincidir al 100% con lo que la agroecología aparenta en la práctica. Sin embargo, vemos esto como un primer paso en un proceso más amplio que eventualmente conducirá a una actualización y a una ilustración más allá de la vigente lista de principios que hemos identificado.

Los próximos pasos incluyen realizar una “guía práctica para usar los principios” que idealmente serviría de base para iniciar un diálogo entre nuestras organizaciones (sobre la defensa de las estrategias, programas y la consistencia entre ellos) así como en el movimiento agroecológico general. Por consiguiente, necesita ser visto como un documento vivo y una invitación para comenzar un diálogo sobre lo que significa y cómo se percibe la agroecología.

Prof. Michel Pimbert, Coventry University (UK)